jueves, 23 de abril de 2009

el tiempo no pasa tan rápido

Recién cuando la paciencia diga basta, cuando se vuelvan amarillas las fotos, cuando la piel se vuelva blanca de no ver el sol.
Recién cuando se acaben los hombros para apoyar, se gaste el resaltador y los libros pierdan el olor a nuevo.
Recién cuando llegue el día que las miradas sean las mismas, recién ahí.
Cuando por fin la sonrisa se borre al pronunciarte, cuando seguido a tu anécdota pueda hablar en pluscuamperfecto, Recién cuando saque de la profundidad de mi uña la célula de tu espalda que conservo.
Recién cuando se queme la ultima lamparita del monitor, cuando tu ventana deje de titilar, cuando me ahorres las noches de problemas y comiences a darme certezas, recién cuando al verte deslumbre un mínimo sueño y no la cuerda que me ata mas y mas a la perfección de el mar de atropellos en el que nadamos.
Recién cuando llegue el día que tu mano no provoque consecuencias, recién ahí.

Ahí podré dejar de verte.
Ya habrá muerto quien creo que sos y quien quiero que seas.




Paulita-

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