viernes, 10 de abril de 2009

¿Viste cuando después de un largo día de trabajo cruzas la puerta de tu casa?
Eso se siente cuando me haces parte de tu abrazo.
¿Te detuviste a observar alguna vez la satisfacción de un docente cuando su alumno alcanza lo logrado?
Su vida brilla al igual q tus manos cuando nuestras epidermis se funden.
¿Analizaste las luces de neón? ¿Las fibras de mi cuerpo q se contraen una y otra vez en honor a tu nombre?
¿Te detuviste en la calesita abandonada de la plaza?
¿En el cuarto donde nos creamos los pensamientos de los próximos meses?
¿Investigaste por propia voluntad, lo q en verdad quiero decirte con mis modismos, tratos y recuerdos aparentes?
¿Te diste cuenta alguna vez q ya decido en base a vos? Que nada importa mi tiempo, mi vida o si mañana tengo fisiología o teoría.
¿Comprendiste q no me importa el modo sino sólo tu voz?
Que la caricia arrastra un suceso, q tu frase mas sencilla colapsa mis neurotransmisores y q tu complejidad me ata a la piedra mas pesada.
¿Comprendiste q trato de hablarte de almas rendidas mas q de cuerpos acabados?

1 comentario:

DD. dijo...

Me parece que ni se percató.
Y eso que terminamos diciendo casi todo a gritos.