jueves, 23 de abril de 2009

el tiempo no pasa tan rápido

Recién cuando la paciencia diga basta, cuando se vuelvan amarillas las fotos, cuando la piel se vuelva blanca de no ver el sol.
Recién cuando se acaben los hombros para apoyar, se gaste el resaltador y los libros pierdan el olor a nuevo.
Recién cuando llegue el día que las miradas sean las mismas, recién ahí.
Cuando por fin la sonrisa se borre al pronunciarte, cuando seguido a tu anécdota pueda hablar en pluscuamperfecto, Recién cuando saque de la profundidad de mi uña la célula de tu espalda que conservo.
Recién cuando se queme la ultima lamparita del monitor, cuando tu ventana deje de titilar, cuando me ahorres las noches de problemas y comiences a darme certezas, recién cuando al verte deslumbre un mínimo sueño y no la cuerda que me ata mas y mas a la perfección de el mar de atropellos en el que nadamos.
Recién cuando llegue el día que tu mano no provoque consecuencias, recién ahí.

Ahí podré dejar de verte.
Ya habrá muerto quien creo que sos y quien quiero que seas.




Paulita-

viernes, 10 de abril de 2009

¿Viste cuando después de un largo día de trabajo cruzas la puerta de tu casa?
Eso se siente cuando me haces parte de tu abrazo.
¿Te detuviste a observar alguna vez la satisfacción de un docente cuando su alumno alcanza lo logrado?
Su vida brilla al igual q tus manos cuando nuestras epidermis se funden.
¿Analizaste las luces de neón? ¿Las fibras de mi cuerpo q se contraen una y otra vez en honor a tu nombre?
¿Te detuviste en la calesita abandonada de la plaza?
¿En el cuarto donde nos creamos los pensamientos de los próximos meses?
¿Investigaste por propia voluntad, lo q en verdad quiero decirte con mis modismos, tratos y recuerdos aparentes?
¿Te diste cuenta alguna vez q ya decido en base a vos? Que nada importa mi tiempo, mi vida o si mañana tengo fisiología o teoría.
¿Comprendiste q no me importa el modo sino sólo tu voz?
Que la caricia arrastra un suceso, q tu frase mas sencilla colapsa mis neurotransmisores y q tu complejidad me ata a la piedra mas pesada.
¿Comprendiste q trato de hablarte de almas rendidas mas q de cuerpos acabados?

lunes, 6 de abril de 2009

Kant

"(...)Asegurar la felicidad propia es un deber -al menos indirecto-; pues el que no está contento con su estado, el que se ve apremiado por muchos cuidados, sin tener satisfechas sus necesidades, pudiera fácilmente ser víctima de la tentación de infringir sus deberes. Pero, aun sin referirnos aquí al deber, ya tienen los hombres todos por sí mismos una poderosísima e 'íntima inclinación hacia la felicidad, porque justamente en esta idea se reúnen en suma total todas las inclinaciones. Pero el precepto de la felicidad está las más veces constituido de tal suerte que perjudica grandemente a algunas inclinaciones, y, sin embargo, el hombre no puede hacerse un concepto seguro y determinado de esa suma de la satisfacción de todas ellas, bajo el nombre de felicidad; por lo cual no es de admirar que una inclinación única, bien determinada en cuanto a lo que ordena y al tiempo en que cabe satisfacerla, pueda vencer una idea tan vacilante, y algunos hombres -por ejemplo, uno que sufra de la gota puedan preferir saborear lo que les agrada y sufrir lo que sea preciso, porque, según su apreciación, no van a perder el goce del momento presente por atenerse a las esperanzas, acaso infundadas, de una felicidad que debe hallarse en la salud. Pero aun en este caso, aunque la universal tendencia a la felicidad no determine su voluntad, aunque la salud no entre para él tan necesariamente en los términos de su apreciación, queda, sin embargo, aquí, como en todos los demás casos, una ley, a saber: la de procurar cada cual su propia felicidad, no por inclinación, sino por deber, y sólo entonces tiene su conducta un verdadero valor moral.




undamentacion de la metafísica de las costumbres
Capitulo I - " Tránsito del conocimiento moral vulgar de la razón al conocimiento filosófico"
Immanuel Kant.